¿Cómo fueron naciendo los primeros núcleos de población? La historia nos ha dejado muy claro que, en el momento en el que el hombre decidió asentarse en un mismo lugar para poder aprovechar sus bondades, la ubicación se convirtió en algo muy importante. Y es que no era lo mismo vivir en medio de un desierto o una jungla, que hacerlo a orillas del mar, o de un río. De hecho, los torrentes de agua dulce fueron determinantes para que las primeras sociedades sedentarias decidieran crear sus núcleos de población en sus márgenes. Allí jamás faltaba el agua, imprescindible para regar los campos que se iban a trabajar. La agricultura cambió por completo la historia de la Humanidad, como lo haría poco después la ganadería. Disponer de alimento seguro durante todo el año permitía que los seres humanos pudieran establecerse en un mismo lugar y hacer de él su hogar.
Es por eso que los ríos se convirtieron en una guía para encontrar ciudades en la Antigüedad, así como ocurrió solo un poco después con los mares. Las costas comenzaron a llenarse de asentamientos, que constituían también lugares de conexión para las distintas culturas. El acceso a través del mar a diferentes regiones permitió que esas ciudades portuarias fueran creciendo y haciéndose cada vez más importantes. Ejemplos hay infinitos, y todavía hoy por hoy estas ciudades con puerto se han mantenido en un estatus muy especial y destacado. Desde Miami a Barcelona, pasando por Dublín, no es habitual encontrar capitales de naciones en la costa, pero sí muy cerca de ellas. Su ubicación era perfecta para el tránsito y el comercio, pero también demasiado sencilla para ser conquistada. Solían ser un objetivo habitual para los ejércitos enemigos, así como para los piratas y bucaneros en los siglos pasados. Atraían mucho comercio, muchos viajeros, y donde había dinero había oportunidades de negocio, también para la prostitución. De ahí que la relación entre ciudades portuarias y trabajadoras sexuales haya sido tan influyente a lo largo de los siglos, manteniéndose incluso hoy por hoy.
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