Turismo de burdel en España

El turismo sexual se está haciendo cada vez más popular alrededor de todo el planeta. En esta variante del turismo habitual, llevada a cabo principalmente por hombres adultos solos o en grupos, el objetivo de los viajes es tener relaciones sexuales. Por supuesto, disfrutan de la gastronomía, la historia y la cultura de las ciudades que visitan, pero van buscando el sexo por encima de todo. Con chicas locales, a las que puedan seducir, o directamente con prostitutas, algo que suele ser más sencillo y rentable en muchas ocasiones. El turismo sexual se ha convertido en un pilar importante para el sector turístico en países como Tailandia, República Dominicana o Brasil, donde los gobiernos normalmente miran para otro lado. Y es que en algunos de ellos la prostitución está permitida y es legal, pero en otros se persigue, al menos sobre el papel. Aunque ya sabemos que quien hace la ley hace la trampa…

Lo sorprendente es conocer que España también está viviendo un boom de turismo sexual bastante importante en la última década. Somos un país con una gran apertura a los turistas, y recibimos millones de ellos cada año, aunque la mayoría llegaban por la gastronomía o los monumentos. En estos últimos tiempos, en cambio, se están registrando cada vez más viajeros que tienen como objetivo primordial disfrutar del sexo en nuestro país. La gran cantidad de burdeles que podemos encontrar en casi cualquier lugar de la geografía española, unidos a la diversidad de las prostitutas que trabajan aquí, han obrado el milagro. Cada fin de semana, miles de jóvenes y no tan jóvenes cruzan nuestras fronteras, procedentes sobre todo desde Francia y Portugal, para disfrutar de un poco de sexo de pago. En sus países, la prostitución está mucho más castigada que en España, lo que hace que no tengan dudas a la hora de cruzar hacia nuestro territorio y buscar un burdel cercano. De la misma forma que hace décadas los españoles iban al Sur de Francia para escapar de la dictadura franquista, ahora son ellos los que pasan a nuestro país, para tener un poco de sexo.

La prostitución en España

Al contrario de lo que muchos puedan pensar al leer lo anterior, la prostitución no es legal en nuestro país. No hay una sola ley que la legalice o la regule, aunque es cierto que en los últimos tiempos se ha abierto un gran debate en torno al tema, con posturas muy enfrentadas. El caso es que en el Código Penal español, cuando un delito no aparece es como si no existiera. La prostitución en sí no es delito en España, así que técnicamente no es ilegal, sino que pertenece a un limbo en el que simplemente existe. La trata de personas, la esclavitud sexual y el abuso de menores sí que están tipificados como delitos, y se persiguen. Sin embargo, a la hora de la verdad, es complicado demostrar que tal o cual madame está “obligando” a las chicas de su burdel a realizar esos servicios.

La legislación española es muy laxa con respecto a la prostitución, mucho más que la de nuestros países vecinos. Esto ha permitido que en nuestro país abunden los grandes burdeles y prostíbulos, sin temor a ser sancionados o penados, siempre que cumplan las normas de seguridad y salubridad. Algunos de ellos, de hecho, se colocan en lugares donde el turismo es masivo, tanto en verano como en otras estaciones. Los prostíbulos en las carreteras de costa son muy populares, en el sur y en el este de nuestro país, sobre todo. También los encontramos a las afueras de las grandes capitales como Barcelona, Madrid o Sevilla. De la misma forma, como en cualquier negocio, aquellos que montan un prostíbulo buscan ubicarlo allí donde más opciones tienen de recibir clientes. Colocarlos cerca de las fronteras, para atraer a nuestros vecinos franceses y portugueses, suele ser también una buena alternativa.

Burdeles y prostíbulos en carreteras

No es extraño que España sea el país donde más sexo de pago se consume en toda Europa, con mucha diferencia. Tenemos un perfil de clientes locales muy asentado, ya que al contrario que con las prostitutas, a los puteros no se les ha recriminado ni marginado, al menos hasta ahora. Esto ha permitido que en nuestro país se creen numerosos emporios del sexo, con burdeles a las afueras de las ciudades, en carreteras y rutas tanto en la costa como el interior. Estos locales suelen ser muy grandes y están abiertos las 24 horas para recibir a los clientes en cualquier momento. Los ubicados cerca de las fronteras se mantienen al alza gracias a los vecinos que cruzan de un país a otro, con la única misión de disfrutar de un poco de sexo de pago.

Un boom que atrae a muchos turistas

No sabemos exactamente cuándo empezó el boom del turismo sexual en nuestro país. Tal vez con la llegada de los vuelos low cost, que permitieron un aumento considerable en el número de turistas. España siempre ha sido un país que ha vivido pendiente de este sector económico, aprovechando su riqueza histórica y cultural. Somos un país enorme con multitud de ciudades, pueblos y rincones con encanto, una gastronomía increíble y unos precios que son muy económicos para los que vienen de fuera. El turismo asiático, por ejemplo, se ha asentado como uno de los sectores importantes dentro de este negocio. Y muchos de estos japoneses, chinos o coreanos también disfrutan del sexo de pago, en excursiones preparadas hasta burdeles, como quien va a visitar la Alhambra.

Estas excursiones son cada vez más habituales y están concertadas a través de los propios prostíbulos, junto con ciertas agencias o guías turísticas de las ciudades y capitales. Sin embargo, el turista que viene de esa manera a España lo hace para ver el país, y de paso, tener algo de sexo. No viene específicamente para esto último. Si nos ceñimos a la definición de turismo sexual, los que suelen practicarlo son los franceses y portugueses que cruzan la frontera en busca de los burdeles españoles. Ubicados a lo largo de todo la frontera portuguesa y en la parte norte de Cataluña, estos prostíbulos siempre han conseguido grandes facturaciones gracias a estos turistas. Actualmente, y a pesar de los estragos de la pandemia y la crisis, el turismo sexual se sigue afianzando en España.

La Jonquera, el principal destino

El ejemplo perfecto de lo comentado arriba es el prostíbulo de La Junquera, conocida como Paradise. Se trata de un gigantesco edificio que presume de ser el burdel más grande de toda Europa, y que por su estratégica situación recibe a visitantes de todo el continente. La Jonquera está ubicada al norte de la provincia de Girona, muy cerca de la frontera con Francia. La mayoría de clientes que pasan por este imponente puticlub son extranjeros, muchos franceses, pero también italianos y alemanes. Aprovechan la laxitud de las leyes españolas con respecto a la prostitución para visitar este rincón y disfrutar de un poco de placer de pago. El prostíbulo ha llegado a contar con casi 200 chicas al mismo tiempo, lo que también ha permitido que los clientes disfruten de una mayor variedad de prostitutas.